• Css Menu
  • APRENDE A REDACTAR: diciembre 2011

    El ORGULLO CIENTÍFICO EN UNA TESIS

    Hemos hablado de la humildad científica que conviene al método de investigación y lectura de los textos. Ahora hablaremos del orgullo científico, que concierne el esfuerzo de la redacción final. No hay nada más irritante que las tesis (y a veces ocurre también con los libros impresos) en que el autor
    avanza continuamente excusationes non petitae.
    No estamos calificados para afrontar tal tema, de todas maneras querríamos avanzar la hipótesis de que... ¿Para qué no estáis calificados? Habéis dedicado meses y quizá años al tema escogido, habéis leído posiblemente todo lo que había para leer sobre él, habéis reflexionado y tomado apuntes; ¿ahora os dais cuenta de que no estáis calificados? Entonces, ¿qué habéis hecho durante todo este tiempo? Si no os sentís calificados no presentéis la tesis. Si la presentáis es porque os sentís preparados y, en todo caso, no tenéis derecho a excusaros. Por eso, una vez expuestas las opiniones de los demás, una vez apuntadas las dificultades, una vez puesto
    en claro que sobre un tema dado son posibles varias respuestas alternativas, lanzaos. Decid tranquilamente «consideramos que» o «se puede considerar que». En el momento en que habláis, vosotros sois el experto. Si se descubre que sois un experto de pega, peor para vosotros, pero no tenéis derecho a ser indecisos. Vosotros sois el funcionario de la humanidad que habla en nombre de la colectividad sobre ese determinado tema. Sed humildes y
    prudentes antes de pronunciar palabra, pero cuando ya la hayáis pronunciado sed altaneros y orgullosos.
    Humberto Eco.